En cualquier empresa, tarde o temprano llega el momento en que un colaborador no puede trabajar por enfermedad, accidente o maternidad. Y aquí surgen las preguntas que todo empresario se hace: ¿quién paga? ¿cuánto tiempo dura? ¿qué dice la ley?.
Entender cómo funciona la incapacidad laboral en México no solo evita multas o problemas legales, también protege la estabilidad de tu negocio y da certidumbre a tus empleados.
Depende del origen de la incapacidad:
El patrón, en todos los casos, debe respetar la incapacidad y conservar el puesto del trabajador.
La Ley es muy clara: un trabajador no puede ser despedido por estar incapacitado. La relación laboral sigue vigente y el patrón debe garantizar la seguridad social. Además, si el IMSS determina que la incapacidad deriva de un riesgo de trabajo y el patrón no tenía asegurado al empleado, la empresa deberá cubrir todos los gastos médicos, salarios e indemnizaciones.
Podemos hablar de cuatro escenarios:
El médico del IMSS entrega el documento oficial de incapacidad cuando diagnostica que el trabajador no puede laborar. El empleado debe llevarlo a la empresa para justificar su ausencia. Para que sea válida, el IMSS exige que el colaborador esté afiliado, que haya cotizado al menos cuatro semanas antes (salvo en riesgos de trabajo) y que presente la incapacidad oficial emitida por el Instituto.
La temporal suspende la actividad laboral durante un tiempo definido y el IMSS paga un subsidio mientras dura. En la permanente, el trabajador queda limitado de forma definitiva, y aquí entran las indemnizaciones o pensiones, dependiendo del grado de incapacidad.
El IMSS asigna un porcentaje de incapacidad (por ejemplo, 25%, 40%, etc.). Ese porcentaje se aplica sobre la pensión que correspondería a una incapacidad total. En pocas palabras: la indemnización se ajusta a la proporción de capacidad laboral perdida.
Primero, hay que aclarar: en enfermedad general y en riesgos de trabajo, es el IMSS quien paga el subsidio. Lo que sí corresponde al patrón es respetar la incapacidad y mantener la relación laboral. Si un empleador se niega a hacerlo, el trabajador puede acudir al IMSS o incluso a la Junta de Conciliación y Arbitraje. Esto coloca a la empresa en una posición de riesgo legal.
La incapacidad por enfermedad general puede durar hasta 52 semanas continuas, prorrogables a 26 más si el IMSS lo autoriza. Si al terminar ese periodo el trabajador no puede reincorporarse, el IMSS evalúa si corresponde una incapacidad permanente.
Las incapacidades laborales son un derecho, no una opción. Para el empresario responsable, conocer cómo funcionan significa evitar conflictos legales, proteger la reputación de la empresa y mantener a los equipos motivados y seguros.
La clave está en tres acciones: afiliar correctamente a todos los trabajadores, respetar los dictámenes médicos del IMSS y llevar un control administrativo sólido de cada incapacidad. Con eso, el proceso fluye y la empresa se protege.
Con el módulo de Nómina de Microsip puedes llevar un control claro y automático de las incapacidades registradas por el IMSS, calcular de manera correcta los subsidios, timbrar los CFDI de nómina conforme a la ley y mantener todo en orden ante el SAT.
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